Si quieres ser sabio, aprende a interrogar razonablemente, a escuchar con atención,
a responder serenamente y a callar cuando no tengas nada que decir.
No hay que confundir nunca el conocimiento con la sabiduría. El primero nos sirve
para ganarnos la vida; la sabiduría nos ayuda a vivir.
No basta saber, se debe también aplicar. No es suficiente querer, se debe también hacer.
Saber que se sabe lo que se sabe y que no se sabe lo que no se sabe;
he aquí el verdadero saber.
Vale más saber alguna cosa de todo, que saberlo todo de una sola cosa.
El sabio puede cambiar de opinión. El necio, nunca.
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